Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón.
1ra. Samuel 16: 6-8
La apariencia.
Alguna vez has escuchado la historia de La Bella y la Bestia?
Bella era una señorita que en su pueblo pensaban que era muy linda pero no era divertida, porque en lugar de fiestas le gustaba leer libros. A pesar de eso, Gastón, quería hacerla su novia, no por lo que ella sabía sino por la belleza que tenía. Gastón era capaz de ver más allá de las cualidades negativas que la gente tenía de Bella pero era incapaz de pensar en las suyas.
Bella sabía las intenciones de Gastón. A pesar de que el era tenido por un hombre muy atractivo en su ciudad, ella podía juzgarlo por las acciones y la forma en que trataba a las demás personas y esa era la opinión que Bella tenía de él. Una vez fue encerrada en el castillo de la Bestia, y debido a la interacción con la Bestia, empezó a conocerle mejor por la manera en que la Bestia le trataba, empezó a amarle no por su apariencia física sino por la manera en que le trataba.
Jazmín, de la película Aladino, era la hija del Sultán, esto la convertía a ella en una princesa. A medida que se acercaba su cumpleaños sabía que por ley debía casarse con un príncipe. Cansada de todas las reglas en el palacio, uno de esos días huyó al mercado vestida como cualquier jovencita de su pueblo, cubriendo sus perlas y cualquier cosa que mostrara que era una princesa. Escondiendo su estatus económico y apariencia social, los demás nadaron a ella como cualquier individuo, en lugar de una princesa altamente respetada, fue tratada como cualquier ciudadano común y corriente.
Aladino era un muchacho común y corriente también, no tenía valor ante la sociedad pero sí tenía un gran corazón, ayudando a los demás antes que a él mismo. Aunque no fue bien recibido ni bien visto debido a su situación económica, tenía un gran potencial. Aladino conoce a Jazmín cuando la salva de una situación peligrosa. El se siente atraído por su belleza, además se da cuenta que es una princesa, sin que Jazmín lo sepa. Aladino entonces se disfraza de príncipe, con la ayuda de un genio para crear la apariencia de ser un hombre rico y con mucho valor social. Con eso, el espera que Jazmín se enamore de él. Lo que Aladino no entiende es que Jazmín quiere amar a alguien real, no por su apariencia física sino por el tipo de persona interior que es. Tristemente su apariencia real, no es suficiente para que Aladino engañe a la princesa, ya que sus modales de un estrato social inferior lo delatan. Ser uno mismo, ser una persona real es mucho más importante que la apariencia quedamos hacia los demás. Afortunadamente Jazmín pudo ver más allá de la apariencia de Aladino para que al final de la película ambos se queden juntos. Cambiar nuestra apariencia externa no cambia la apariencia interna.
El paralenguaje y la apariencia personal.
Una de las primeras cosas no verbales que observamos al comunicarnos con los demás es la apariencia que poseen. La apariencia personal nunca debe ser la base sobre la cual juzgamos a los demás; sin embargo, a pesar de eso y tal vez sin proponerlo, nuestra apariencia envía un gran mensaje a nuestros interlocutores. Expresa el tipo de personas que somos y está basada en dos dimensiones: nuestra apariencia física (sobre lo que no podemos hacer mucho…), Y nuestra vestimenta.
La sociedad tiene ciertos estándares y opiniones acerca de la manera en que deberíamos vestir. Si vamos al trabajo o estamos en casa se espera que guardemos cierta conducta a la hora de elegir nuestra ropa. Igual pasa cuando estamos en fiestas, reuniones religiosas e incluso funerales.
Si alguna persona nos parece atractiva, especialmente aquellas del sexo opuesto, tendemos a ser más indulgentes, hacemos a un lado los requerimientos sociales y muchas veces, sin advertirlo, discriminamos sobre la base de la apariencia física.
Las investigaciones científicas han establecido que la atracción física afecta la interacción, tanto así que puede ser considerada como un punto vital en el proceso de contratación de personal, fechas límite de entrega de tareas, persuasión, provisión o recepción de servicios, calificaciones y evaluación de la persona en general. Esto aunque nos provoque disgusto es algo que todos hacemos muchas veces sin pensarlo.
Hay muchas cosas que involucran la apariencia física; entre las cuales está la altura, el peso, el rostro, la imagen corporal que proyectamos. Se cree que los niños pueden juzgar la atractiva de una persona tan temprano como a la edad de tres años. Hace tiempo se hizo un estudio mostrando a los niños de preescolar imágenes de diferente persona y se les pidió que decidieran si querían ser o no ser amigos de esas personas en las fotografías.
La mayoría de niños de preescolar prefirió hacer amigos con aquellas personas que parecían ser más atractivas; mientras que aquellas que no eran tan atractivas fueron dejadas de lado.
La apariencia física puede decir mucho acerca de la personalidad de los demás, o por lo menos eso es lo que la mente supone. La mayoría de las veces esto se hace por una simple observación inicial cuando conocemos a las personas; nos fijamos en la edad, la raza y el género. En otras ocasiones, esto hace que pre dispongamos nuestro juicio sólo con observar a una persona. (Lo cual puede ser un error grave).
Si observamos un señor de mediana edad, gordo y calvo, nuestro subconsciente pueda ser que le considere de menor categoría, cuando en realidad podría ser el dueño de la empresa para la que queremos trabajar.
Una importante parte de la apariencia física no tiene que ver con la manera en que la gente se mira o como luce, sino la manera en que ellos utilizan su físico. Volviendo al lenguaje corporal, la postura, los gestos y las expresiones faciales como áreas del paralenguaje, pueden ser manipuladas para mejorar el grado de atracción de una persona. Eso son buenas noticias para aquellas personas que llegamos tarde a la repartición de belleza.
Pongamos un ejemplo que con seguridad todos nos ha ocurrido, alguna vez nos hemos fijado en una persona del sexo opuesto aquí hemos encontrado muy atractivo o atractiva; luego, al tratar con él o ella nos damos cuenta que tiene, como decía mi abuelita “un mal genio” y entonces, después de interactuar con él o ella ya no nos parece tan atractivo o atractiva, no por su físico sino por la manera interior en que se ha comportado.
Por otro lado, conocemos a una persona que no es apta para un concurso de belleza, pero al tratar con él o ella encontramos una dulzura que nos atrae y a pesar de que su apariencia física no sea la mejor, al interactuar con él o ella nos hemos dado cuenta que tiene cosas mejores que una cara bonita.
Entre esas cosas mejores podemos mencionar el humor, la inteligencia, los talentos que posee, por mencionar algunos. Esto hace que la persona se vuelva más atractiva porque tiene grandes cualidades que le dan más valor que el simple atractivo físico.
La vestimenta.
La forma en que vestimos también envía un gran mensaje de cómo somos nosotros. Se dice que hay varios tipos de mensajes enviados por nuestra vestimenta, entre los cuales podemos mencionar:
Nivel económico.
Lugar o procedencia.
Nivel educativo.
Estrato social al que pertenecemos.
Confiabilidad.
Nivel de éxito personal.
Carácter moral.
Nuestra sociedad juzga a los demás por la manera en que visten. ¿Irías a una entrevista de trabajo utilizando pantalones cortos? A menos que quieras un trabajo como instructor de natación, probablemente no es buena idea llevar pantalones cortos a una entrevista de trabajo. Los pantalones cortos, así como cualquier otra vestimenta, permite dar una primera impresión del tipo de persona que queremos representar ante los demás, por eso en una entrevista de trabajo siempre usamos la mejor ropa formal que tenemos, queremos ser vistos como alguien educado y exitoso o exitosa. Es una manera de mostrar a los demás que les respetamos.
La ropa también puede ser fuente de errores, una persona desaliñada no necesariamente es alguien sin empleo, puede ser un científico de laboratorio que no tiene tiempo para estar a la moda. No obstante, la vestimenta influye.
La vestimenta también es fuente para desarrollar estereotipos. El otro día, estando en una oficina de gobierno pude observar a una señora que utilizaba traje indígena, un traje desconocido pero que utilizaba colores del altiplano de Guatemala, al verla imaginé que era una madre de familia que había llegado a hacer algún trámite a esa oficina. Varios minutos después de que la señora se dirigió al parqueo; ahí habían dos docenas de carros entre los cuales resaltaba un Jeep Chrysler, último modelo. Mi un gran sorpresa cuando la señora activó el control remoto para abrir el vehículo y subirse al asiento del piloto.
Los estereotipos son ideas preconcebidas que tenemos de las personas, sólo por su forma de vestir o apariencia física. Como el caso de este vehículo lujoso o de la señora con traje indígena ilustra, podemos equivocarnos, los estereotipos por sí solos no son buenos ni malos, es la manera en que juzgamos a los demás sólo por su apariencia. La señora podría haber sido la jefa de la división de ese ministerio o la propietaria de una gran empresa; sin embargo para mi sorpresa, a pesar de llevar un vehículo tan lujoso no tenía guardaespaldas y manejaba por su cuenta. Situación que me indica algo más, a pesar de ser una persona adinerada, mantenía su humildad. Mantiene su humildad, debiera decir.
Imagina algo más, nos encontramos frente a un hombre que tiene los brazos tatuados. Marero, imaginamos en nuestra mente. Cuando hablamos con él y sabemos un poco más de su persona, sabemos que es un profesor universitario al que le gustan los tatuajes. Algo más, vemos a una señorita hermosa, utilizando muy poca ropa; imaginamos que es bailarina de algún club nocturno; si tenemos la oportunidad de hablar con ella nos enteramos que es actriz de teatro, pero que por una negligencia no pudo cambiarse de ropa.
Todos los seres humanos tratamos de buscar más información o relacionarnos con aquellas personas que se visten como nosotros. Aquellos que usan trajes formales se sentirán más cómodos con otros que visten igual que ellos; igual una señorita que acaba de entrar al primer semestre de la universidad, se sentirá más cómoda con jovencitas de su edad y que a la vez tengan sus mismos gustos de moda.
Asumir o juzgar sólo por la apariencia de otras personas no es bueno; sin embargo la apariencia personal tanto física como la ropa que vestimos envía un importante mensaje acerca de quienes somos; pero si queremos saber más acerca de alguien debemos tratarle directamente y de esa manera nos aseguramos si el mensaje que envía su apariencia física es coherente con su carácter como persona.
Referencia
Megan Price (Twelve Lessons from Disney: A study of communication in Disney movies) Documento en línea disponible en: https://twelvedisneylessons.wordpress.com/ Fecha de consulta: 15/Feb/2017
Maravillosa enseñanza que ha dado realce y confirmación, a una información personal hoy recibida, acerca de una niña provinciana de la región donde he sido misionera; dando como resultado, ser una de las mejores calificando para una beca en la capital, sin fama, referencias personales, y aun sin la ropa adecuada.
Bendiciones.
Muchas gracias Sonia por su nota y mensaje.