El profesor Mike Anderson del sitio http://www.teachthought.com/ propone seis estrategias para conocer a nuestros estudiantes.
Estrategia número uno: aprenderse los nombres.
No hay nada más importante y básico para cualquier persona que su propio nombre. Como profesores es muy importante que aprendamos los nombres de nuestros alumnos desde la primer semana de clases, no importa si es un curso presencial o virtual.
En ambientes de clase presenciales podemos pedirle a nuestros alumnos que coloquen un cartel con su nombre enfrente de su escritorio o pegado en su ropa; en ambientes virtuales eso no es necesario pero vale la pena que cuando escribamos correos electrónicos lo hagamos personalizado, muchas plataformas de cursos virtuales o listas de correo electrónico permiten crear correos masivos pero que cuando llegan al destinatario llevan su nombre en la primera línea.
Estrategia dos: averiguar objetivos personales.
Una sencilla encuesta donde hagamos que los alumnos escriban lo que esperan lograr después de graduarse nos da una idea de la razón por la que los alumnos adultos se han inscrito en nuestro curso. Algunas veces es buena idea hacer un trabajo de grupo o compartir un foro en una lata forma virtual. Éstos objetivos deben ser revisados a cada cierto tiempo para que los estudiantes mantengan la motivación o el enfoque a lo largo del curso.
Estrategia tres: conocer su familia y comunidad.
En la misma encuesta podemos pedirle a los estudiantes que nos describan un poco el lugar donde trabajan, la clase de familia que tienen, si ésta es integrada o no, qué tipo de iglesia asisten en caso de que lo hagan o cuáles son sus actividades de tiempo libre.
Esta información no debe utilizarse para compartir en público porque son situaciones que los alumnos mismos deben decidir si la comparten uno con los demás, sin embargo nos puede servir a nosotros mismos para ayudarles a alcanzar sus objetivos.
Estrategia cuatro: actividades grupales.
En salones de clase presencial las actividades extra aula pueden fomentar el espíritu de equipo. La celebración de cumpleaños o comidas en grupo son estrategias muy buenas; cuando tenemos salones de clase virtuales los foros o trabajos de grupo pueden servir como estrategias grupales que fomenten el trabajo en equipo.
Estrategia cinco: compartir información personal.
El profesor o profesora pueden combatir una imagen familiar de su familia o de su casa o el lugar desde donde trabaja en línea, de esta manera los estudiantes se sienten familiarizados con el profesor o profesora porque este ha compartido algo íntimo.
Animar a nuestros estudiantes a hacer lo mismo puede ser el tema de un foro en línea o un trabajo grupal dentro del salón de clases. Es muy importante tratar de averiguar lo más que se pueda de la persona sin invadir su privacidad; clases de comida favorita, lugares que ha visitado, lugares a los que asiste de paseo en el fin de semana, amistades cercanas, etc. etc.
Estrategia seis: positivo y negativo.
A medida que avanza el curso, si es semestral esta actividad es bueno hacerla a los dos o tres meses de haber comenzado el curso.
En este momento y con mucha madurez debemos preguntarle a los estudiantes adultos a que nos digan una o dos cosas buenas acerca de no es pro modelo de enseñanza o de nuestra personalidad y otras dos cosas deficientes que nosotros como profesores debemos mejorar. Esto le dará a los alumnos un control sobre aquellas cosas que muchas veces en nuestra cultura no queremos decir; y nosotros como profesores debemos ser lo suficientemente maduros para aceptar la corrección de nuestros propios alumnos.
Esto significa también que los alumnos estarán más que dispuestos a aceptar que nosotros como profesores o sus mismos compañeros de estudio le señalen aquellas cosas que ellos deben mejorar.
Preguntas para discutir:
¿Qué otras formas o técnicas podemos utilizar para conocer a nuestros alumnos adultos?
¿Cuáles pueden ser los peligros de utilizar la estrategia número seis, positivo y negativo del profesor y del estudiante?
Supongamos que el profesor ha diseñado una tarea grupal en la que todos los alumnos deben participar forzosamente. ¿Qué hacemos si uno de los estudiantes rotundamente se niega a participar en un trabajo grupal?
El planteamiento del teórico que hemos analizado aquí me parecen muy acertadas y se puede sentir que sus planteamientos están sustentados en su propia práctica profesional, por tal motivo deja muy poco que plantear respecto a algo más que pudiéramos hacer para conocer a nuestros alumnos.
En cuanto a la aplicación de la estrategia 6, desde mi punto de vista y mi experiencia lo creo poco necesario en la educación de adultos, pues en la relación maestro-alumno debe existir en un trato estrictamente profesional sin trasgredir los límites de lo personal. Una situación como estas solo se podría dar en casos muy especiales que ameriten ese nivel de comunicación.
Cuando un alumno se niega a participar rotundamente en un primer momento de debe respetar su decisión, pero si advertirle que la próxima ocasión en que haya una actividad de esta naturaleza deberá participar obligatoriamente ya que esta participación forma parte del proceso de valoración de su desarrollo cognitivo dentro de la clase.
El motivo fundamental para obligar al alumno a participar es que una de sus habilidades esenciales es el desarrollo de su capacidad comunicativa ante el grupo y ante la sociedad en general.
1.- Si veo que no esta integrado, tratar de interactuar con él unos minutos después de que haya concluido la clase.
2.- Creo que no hay peligro, ya que como se menciona hay que tener mucha madurez, sin embargo, siempre puede existir la probabilidad de no lo suficientemente honestos por diversas causas.
3.-Interactuar de manera independiente con el alumno, para tratar de descifrar los motivos para buscar solución y poder incorporarlo al grupo